martes, 11 de octubre de 2011

SEXO

En el momento que comienza la lectura de este relato está formando parte de un experimento. En primer lugar, advertir que no se abordará de forma explícita ningún aspecto relativo al placer venéreo, por tanto, cualquier idea  o ensoñación que se pueda desprender del sustantivo que titula este artículo reside, únicamente, en la mente del lector. Quisiera pedir disculpas por las expectativas frustradas.

El objeto que estamos tratando es puramente estadístico. Se pretende estudiar la variación de visitas de la entrada actual con respecto a la anterior, -cuyo título es En el mundo de los buitres-.

Dado que la estadística, por lo general, no es un tema de especial interés para la mayoría de las personas, y que en cierto modo, el contenido de este artículo se está descubriendo como un engaño, sería sorprendente que pese a todo, el caudal de visitas se incrementase. Este fenómeno, en caso de verificarse, se debería exclusivamente al hecho de que la palabra sexo encabeza esta entrada. Permítanme esta licencia, pero si el título hubiera sido estudio estadístico, más acorde con la idea que estamos desarrollando, paradójicamente este escrito carecería de sentido.

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